miércoles, 29 de septiembre de 2010

El lugar donde me siento bien.

El reloj de la cocina donde trabajo a pesar de que esta lleno de grasa por los alimentos que se preparan, indica que la hora de la salida esta próxima.


Ha sido un día de arduo trabajo, típico y nada fuera de lo normal. Mi mente y cuerpo están cansados, necesito estar en mi refugio, en mi almacén de confortación.


30 minutos después, me encontraba bajando la palanca de las direcciones del vehículo para entrar a mi cochera. El atardecer era espectacular, se reflejaba de maravilla en el cofre, cada gama de color se dividía desde lo más claro a lo obscuro. Finalmente llegue a la cochera, apagué el motor y me quedé pensando en lo agitado que había sido el día. Abrí la puerta y me baje, escrudiñe muy bien el cuarto y sonreí al ver todas las herramientas de jardinería – "este fin de semana tendré que asear mi patio" – y seguí caminando sonriente, sabía que estaba apunto de descansar y recuperar energías para el día de mañana.


Por fin, la puerta principal. Es el momento de empezar a revivir los momentos de regocijo, de placer. Saque las llaves del bolsillo de mi chaqueta y me dispuse a introducirla en la pequeña ranura de la chapa. Viré la muñeca y los candados se botaron. Empuje la puerta y el aire a hogar escapo inmediatamente y me aliento a entrar.


Me di la vuelta para cerrar la puerta y vi como el sol se estaba escondiendo detrás de las casas de enfrente – "siempre en el mejor momento". Cerré la puerta y mire el reflejo de las ventanas en el piso que conducen a la sala, deje que me guiará el camino luminoso a mi reconfortante juego de sillones para tirarme en el más grande de todos. Me quite los zapatos con los mismos pies, a la fuerza brava sin desenredarme los cordones. Me desajuste la corbata y suspire mientras miraba el techo.

Pasaron un par de minutos mientras observaba el amplio techo. Suspire y los recuerdos vinieron a visitarme, giré mi cabeza a la pared contraria y observé por enésima vez el retrato de mi familia como era iluminado por el rayo anaranjado que penetraba a través del gran ventanal. Observe los rostros de mis padres, tal y como les recuerdo felices y sonrientes, mi mejor ejemplo.


Entre observar el cuadro y la necesidad de volverles a dar un último abrazo la garganta se me secó y me levanté por jugo de naranja. Me acerque a la cocina y recordé los momentos cuando mi madre me enseño a cocinar huevo. Solamente sonreí y le di las gracias por la oportunidad que me dieron al llegar hasta lo que soy en este momento. Bebí jugo del mismo empaque y mire el jardín – "si que si ocupa una podada ya".





Regrese a la sala con todo y el envase del jugo. Encendí el modular y le puse "play", subí el volumen a un nivel donde se aprecia mejor la música, casi a la máxima capacidad. "To Build a Home" era el tema que sonaba del grupo The Cinematic Orchestra. Me senté de nuevo en el sofá que esta en dirección al marco fotográfico. Cada vez que miraba ese retrato encontraba nuevas expresiones en sus rostros e inclusive en el mío también – en aquel tiempo era joven y testarudo. Mientras la canción seguía avanzando el sol iba cayendo poco a poco invitándome a cerrar los ojos y viajar al pasado para recordar.


La música es mi guía, mi conducto la que me fortalece y me trae al momento donde me encuentro tecleando este escrito y pensando el por qué de este escrito.

Simplemente tuve una clase genial y opte por aprovechar la fuente de inspiración.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Moment of Surrender.

Han pasado solamente un par de años desde que empecé a escupir mis ideas – lamentablemente carezco del tacto de escritor, pero ¿qué más da? Han sido momentos donde se siente la emoción, la tristeza, el llanto de las distintas situaciones que cualquier ser humano puede vivir. Los últimos meses he observado muchos cambios en mi vida y en la de los que me rodean pero me ha sido imposible escribir algunas experiencias, no sé porque no puedo redactarlas, quizás sea que solamente necesite estar en contacto conmigo mismo para realmente escribirlo, en fin qué más da.

Ya han pasado muchas canciones desde que empecé a sacar mis ideas, algunas de ellas han llevado a mi pobre alma a lugares escondidos donde he encontrado la felicidad, en donde las ideas toman forma y no importa lo que digas o hagas, nada es malo. Cuando vuelves de ese viaje regresas un tanto distinto. Algunas veces te cansas de seguir adelante o de no saber qué rumbo tomar, cada vez se siente la diferencia de pensamientos.

El ruido en mi cabeza lo he silenciado por el momento, no lo necesito por ahora. Ha llegado el momento de brillar, de sonreír, de caminar con la frente en alto y estar orgulloso por lo que eres, problemas siempre habrán pero tienen solución, solamente es cuestión de querer romper esos obstáculos. QUERER ES PODER.

 

domingo, 12 de septiembre de 2010

Respirando.

El pulso de mi corazón es rápido. Los ojos apenas se estan acostumbrando a la tremenda obscuridad que hay en este bosque infinito. He caminado hasta aquí y la vista es impresionante, el aire es distinto, es mas puro que en la ciudad, mis emociones fluyen con facilidad – estoy oxigenado.

Noto que empiezan a caer pequeñas gotas de agua, volteo a mirar el cielo, cierro los ojos, extiendo mis brazos y disfruto de las gotas que recorren mi enorme cara. Puedo sentir como caminan lentamente siguiendo cada parte de mi rostro – el agua es vida, bien lo dijeron.

Me siento bien estando aquí, es como si llevara bastante tiempo en este lugar. Realmente lo estoy disfrutando. Corniza